Antonucci 2.0

El gusano mecanomorfo se ausenta, no esta, y en un vistazo se presenta en la espera:
llega, llega avanzando, y... uno-dos-tres-cuatro-cinco-seis-siete-ocho mil millones
de gentes se presentan en los intestinos de la lata hastiada de gritos, sudor y pensamientos
ensardinados, asfixiados por ellos con ellos;
la prisión se abre de golpe, y el gusano escupe un oleaje de individuos individuales,
sumidos en su pisar y en su tiempo que les aprieta el cuello, los arrastra y arroja sobre nosotros;
deje bajar antes de entrar;
y nadando contra la corriente me adentro en el pandemo;
cierre de puertas
me sumo al bloque de desconocidos, ahogados en el tacto opresivo;
comienza a caminar;
nos caemos todos sobre todos, y nos volcamos a la oscuridad, iluminada por luces que
corren en grises paredes intangibles;
de pronto, en el anuncio divino a un no sé dónde, para la lombriz de improviso, y
chocamos palitrocamente unos con otros y otros con unos;
apertura de puertas;
la masa másica de macro hormigas se abalanza estrepitosamente a l libertad, y hay que
agarrarse de cualquier cosa, de los pelos, de las uñas, de algún ojo o arruga para no
ser reclutados forzosamente en la huida caótica;
busco con la esperanza agarrada de los ojos un espacio, un asiento que en medio del
caos haya sido abandonado, pero por cada uno que baja, suben unos siete, los cuales
interrumpen mi búsqueda y me sumen en la lucha por un respiro, y me vuelvo a ver
atrapado en la marcha de la serpiente-lata;
en el nuboso momento, en el micro espacio, una quimera me cautiva, todos los
pensamientos enmudecen, y el detalle de su sonrisa derroca al gusano, hace nacer al
metro en un reposo y el tiempo se vuelve descanso



Master Italo Antonucci